La bruja del dinero
Mi abuela decía que a las brujas les encanta contar. Contar árboles, piedras, hojas y flores. Es una parte de su trabajo. Saber cuántas gotas, cuantos pétalos o cuantas semillas han de usar para que sus conjuros y sortilegios funcionen con exactitud.
Y se dice también que los campos de cultivos son más fecundos cuando una bruja camina o vuela sobre ellos. Por qué se pone a contar las plantas, las flores y los frutos y según las cuenta las multiplica.
Basándose en esa tradición, mi abuela tenía siempre junto a una bruja de trapo que alguien le había regalado una cestilla con monedas. Decía que la bruja las multiplicaría si las tenía cerca.
Y parece que así fue.
No se qué habrá sido de la bruja a la que mi abuela ponía las monedas, así que yo tengo la mía. Un artesano las fabrica para mí, para mi gente, respetando las normas y las reglas de la ley de correspondencias.