Aseguran que el gato es un renovador natural de energía. Allí donde vive un gato, la energía negativa no se instala por que el la cambia, la trasmuta en positiva de manera instintiva, equilibrando las fuerzas de los lugares por donde ellos pasan.
Para muchas personas el gato es como un amuleto. Aseguran que épocas muy malas se han resuelto cuando un gato se instaló en la. Para aquellas personas que, por sus circunstancias no puedan tener en sus hogares un gato, pueden tener su símbolo.
Un dibujo, una figura, algo que lo represente.
Este gato además del símbolo está elaborado con turmalina negra la piedra de Epona, la diosa que aparta de nosotros las malas influencias, las envidias, los hechizos y las maldiciones.
Esta consagrado en nuestro altar celta para ampliar sus valores simbólicos.